Sincronicidad, suerte y azar.

 

El enigma del 23 :

 

El enigma 23 se refiere a la creencia en que todos los sucesos tienen relación o están conectados con el número 23 o con alguna permutación o cambio del mismo.

Dicen que William Burroughs, uno de los escritores que fundó (al lado de Allen Ginsberg y Jack Kerouac) la llamada Beat Generation, conoció en un ferry a un tal Captain Clark. Un día este señor le contó a Burroughs que ese navegar de una orilla a otra había sido su ocupación durante 23 años y que nunca había tenido un accidente. Ese mismo día el ferry naufragó muriendo él y todos los ocupantes.

Aún consternado por la noticia (y seguramente por alguna de sus frecuentes zambullidas en morfina), oyó por la radio que esa misma noche un avión que volaba de Nueva York a Miami se había estrellado. William Burroughs no podía creer lo que oía por la radio: el capitán del avión se apellidaba Clark. Captain Clark. Y el vuelo, insólitamente, era el número 23.

Desde entonces Burroughs incorporaría un personaje llamado Captain Clark que aparecería siempre en el resto de sus novelas y adquiriría una nueva obsesión: investigar el enigma del número 23.

Curiosamente no fue sólo Burroughs quien descubrió este, por lo menos curioso, enigma del 23, sino que con el tiempo se cuentan por legiones los que intentan descifrar los misterios encerrados en la cifra.

Dicen que es un número que tenemos marcado dentro de nosotros. Es el número humano. De nuestro destino. De las casualidades.

Y no sólo es porque los humanos tengamos 23 vértebras. Ni porque nuestro ADN esté dividido en 23 pares de cromosomas (y par número 23 sea el que define el sexo). Ni porque la misma cadena de ADN de un giro completo cada 23 unidades de medida (angstromos). Tampoco por lo que demora la sangre en recorrer nuestro cuerpo (23 segundos)


Menos aún me refiero a que nuestro planeta esté inclinado 23 grados y medio con respecto a su eje. No tiene que ver nada con los calendarios egipcios y sumerios que comienzan el 23 de julio. Y menos con el calendario Maya que determina el final de los tiempos como el 23 de diciembre del 2012

No. No es sólo eso.

Los expertos en numerología y las investigaciones de Burroughts arrojan no cientos, sino miles de curiosas anotaciones respecto a este número y la relación que tiene con los eventos (y tragedias) humanas.


Podría enumerar 23 veces 23 de curiosas coincidencias y no acabar nunca este post. Y tal vez no convencería a muchos. A diferencia de muchos lamento decirles, un poco avergonzado eso sí, que no necesito muchas pruebas. Si un tipo como William Burroughs lo creía, yo le creo.

Porque sí.

Porque es el tipo de seres que no necesitan explicaciones lógicas. Como las que sí necesitó un matemático blogger estadounidense que encontró curiosidades menos relativas sobre el número:

 

Fuente:

Blog LitoLobo

http://litolobo.blogspot.com/2007/03/morfina-burroughs-y-el-enigma-del-23.html